Vivimos en un mundo descontrolado, que abruma y pesa con su sobrecarga de realidades paralelas, simultáneas, convergentes, divergentes, abreviadas, estandarizadas, globalizadas, estadísticamente previsible, donde la creatividad, lo imprevisible, el error, abandonaron su lugar...el mundo se fue al carajo, entonces para que seguirlo... cambiemos ejes de coordenadas. Recuperemos la belleza de la existencia. Rastros e indicios de un mundo  invisibilizado, mientras otro se va generando a partir de la creación que conviven, que reclaman su lugar en nuestro espacio-tiempo. Un antídoto contra la vulgaridad del abuso de los lugares comunes de lo consumido.  Olvidados o marginados, como prefiramos vernos, el sur del mundo, alejado del agotamiento que implica ser el primer mundo, es una reserva de energía acumulada, con un lenguaje no desgastado por el abuso y la globalización, que mantiene intactas sus tradiciones, mientras las va deconstruyendo, resignificando, y creando a partir de ellas nuevas formas de belleza, que le dan sentido a la cotidianeidad. Con esas formas de belleza que el hemisferio sur tiene para ofrecer al resto del mundo en cualquiera de sus acepciones, Geografías Inestables vibra en las mismas frecuencias, y hace de amplificador, legitimándolas, visibilizándolas